1. El colchón debe ser del tamaño apropiado para la cuna. Es importante que no queden espacios libres entre este mullido receptáculo y las barandillas de la cuna, para evitar el riesgo de que el bebé se hunda entre medio de ellos.
2. Busca los más firmes. Los colchones blandos pueden producir asfixia por el hundimiento de la superficie. Lo que parezca duro para ti, será adecuado para tu bebe. Para probarlo, hunde tu mano en el centro y comprueba que la superficie vuelva a su lugar rápidamente y sin dejar marcas.
3. Averigua con qué está relleno. Nunca compres un colchón si el vendedor no sabe decirte que tiene en su interior. Productos alergénicos o inclusive tóxicos pueden ocultarse debajo de las fundas.
4. Cuidado con las tendencias de moda. El cobertor anti microbios, por ejemplo, suele ser una moda más que una verdadera necesidad. Algunas tiendas ofrecen estos colchones fabricados con materiales que retrasan el crecimiento de moho y bacterias, pero no los previenen. Para mantener tu colchón en buen estado, es suficiente con quitar la mancha con un trapo húmedo, inmediatamente después de que se haya producido.
Estos consejos te orientarán en cuanto a los requerimientos que una cuna, por más bella que sea, debe cumplir. ¡No te de dejes llevar por las apariencias! Y recuerda, del buen sueño de tu bebé depende el tuyo. Una madre tranquila y segura, está lista para los desafíos de un nuevo día con su niño.
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