También existen otras opciones que nos proponen las cunas funcionales, que se modifican y siguen siendo útiles a lo largo de los años. “Cuando me enteré de que estaba embarazada de Male, empecé a pensar en la decoración de su cuarto. Lo primero que ubiqué fue la cuna y en relación a eso, todo lo demás. Me gustaba la idea de que fuera de madera, fuerte, confortable… ¡y con barrotes para que no se caiga! Además, al ser una cuna funcional podía modificarla con los años, sacarle la baranda y cambiarle el colchón por uno que resista más peso. Hoy Malena tiene 4 años y duerme en su camita que alguna vez fue su primera cuna” – es la historia de Ana, mamá de Male.
Sueño de ensueño
Y finalmente, con la elección resuelta, te proponemos algunos tips que te dejarán tranquila y lo ayudaran a dormir mejor:
- La cuna debe estar ubicada en un sector lejos de ventanas, estanterías o enchufes. A medida que nuestros hijos crecen, también crece su curiosidad y es mejor estar prevenidos.
- Una alfombra mullidita debajo de la cuna es una buena idea para que, si existiese alguna caída, amortigüe el golpe.
- Dentro de la cuna es ideal colocar un colchón duro para que no se hunda. Este tiene que ser de la medida “exacta”, encajando en el espacio, sin dejar huecos donde el bebé pueda quedar atrapado.
- Las sabanitas tienen que tener elástico en sus bordes y ser del tamaño justo del colchón, evitando que al moverse pueda taparse la carita con ellas.
- No dejes nada dentro de la cuna mientras tu bebé está en ella, ni almohadones o muñecos.
Ya tenemos la cuna lista y a nuestro bebé en brazos… ¡Llegó el momento de estrenar su nueva camita! Ese lugar donde jugará, soñará y reirá en cada despertar… ¡siempre que despierte de buen humor! ¿Ya elegiste la cuna para tu bebé? ¿Qué cosas tuviste en cuenta?
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