Que sabes sobre las Técnicas de Reproducción asistida
Dejando las técnicas más simples de lado (monitorización de la ovulación, relaciones sexuales programadas), básicamente existen dos grandes tipos de métodos en reproducción asistida: la Inseminación artificial (IA) y la Fecundación in vitro (FIV).
Se trata de métodos conceptualmente muy distintos y con indicaciones, costes y tasas de éxito también muy diferentes. Es por eso, que antes de comenzar cualquier tratamiento de Reproducción asistida es importante llevar a cabo un buen diagnóstico, con el fin de recomendar el tratamiento más adecuado y poder dar un pronóstico de éxito personalizado.
En el caso de la inseminación artificial, la fecundación del embrión tendrá parte en el sistema reproductor femenino. En el laboratorio se trata la muestra de semen del marido o donante para optimar su capacidad fecundante y se insemina a la paciente coincidiendo con el día de su ovulación. El ciclo ovulatorio se controla por lo general con fármacos con el fin de obtener una ovulación de un mayor número de óvulos (hasta un máximo de tres) y de asegurar la ovulación de los mismos
La primordial técnica de reproducción asistida es la Fecundación in vitro. Como su nombre indica, la fecundación tendrá parte fuera del cuerpo de la mujer. Es por este motivo, que en la estimulación hormonal del ciclo se buscará lograr un número mayor de ovocitos, puesto que al ser extraídos del cuerpo de la mujer podrá controlarse el número de embriones a transferir y por lo tanto tener un mayor cuidado sobre los embarazos múltiples
El pro más importante de la Fecundación in vitro es que nos permite observar los embriones fuera del cuerpo de la mujer, seleccionando aquéllos con mayor viabilidad de implantación. A la vez, se puede combinar con otras técnicas de reproducción asistida, como el Diagnóstico Genético Preimplantacional en el caso de que fuese oportuno.
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