Cómo escoger la cuna para el bebé

La cuna para el bebé es un elemento decorativo de gran importancia, pues debe cobijar al pequeño para que se sienta seguro como en el útero materno. La elección por tanto, no es sencilla, pues debemos asegurar el descanso y correcto desarrollo a nuestro bebé.
bebe-cunas
La primera cuna del bebé será preferentemente pequeña, para que se sienta cobijado y para facilitar su traslado. Son aconsejables los moisés de mimbre, los catres, las mini-cunas, los cuales se emplearán apenas por tres o cuatro meses, dependiendo de la complexión del bebé.
Es preferible que el bebé permanezca en el dormitorio con sus padres durante los primeros meses para facilitar su atención durante la noche. Esto también contribuye a brindarle seguridad y a prevenir la incidencia del síndrome de muerte súbita en bebés.
Alrededor del cuarto mes, el bebé puede pasar a su propia habitación, donde tendrá una cuna más grande, como las cunas funcionales, que poseen barandas retirables y pueden ser utilizadas por el niño hasta los 7 u 8 años aproximadamente.
Existen además cunas de mimbre o madera que pueden albergar al niño hasta los 2 años. Las cunas mecedoras son ideales para bebés con dificultades para conciliar el sueño, pues ayudan a calmar y estimular el sueño del pequeño.
Criterios para elegir la cuna del bebé
Existen infinidad de modelos de cunas para bebés, pero al momento de elegirlas debemos tomar en cuenta ciertos criterios para asegurarnos de adquirir la cuna que mejor se adapte a nuestro bebé.
• La edad del bebé: de acuerdo a este dato, deberemos elegir el tamaño y el tipo de cuna. Un bebé de 6 meses todavía no se para y su tamaño no suele superar los 68cm, por tanto, podemos elegir una cuna o catre sin temor a que nuestro pequeño se caiga de ella. En cambio un bebé de 1 año ya camina y necesitará una cama más grande, además de una baranda de contención para que no caiga de la misma. Un niño de 3 años ya puede dormir en una cama sin baranda, incluso puede utilizar una cama de 1 plaza sin problemas.
• El espacio disponible: en este caso, la elección dependerá del espacio que tengamos disponible en la casa. Si tenemos un dormitorio reducido, lo mejor es optar por una cuna despojada de todo ornamento y preferir una que se pueda ubicar en cualquier rincón, tal vez con rueditas para moverla de un lado a otro. Los catres de tela son ideales para espacios reducidos, pues se arman y desarman con gran facilidad y ocupan muy poco espacio. También tenemos cunas multifuncionales, las cuales forman parte de un mueble multifuncional que contiene cambiador, estantes, mesa, etc., con lo que se logra incluir todos los muebles del dormitorio en un mismo mueble, reduciendo considerablemente el espacio que éstos ocupan.
• La seguridad: la cuna debe estar confeccionada con materiales de buena calidad, debe ser resistente y sólida, para evitar accidentes.
• El presupuesto: el tema económico es determinante a la hora de hacer nuestra elección, ya que limitará nuestras posibilidades.
• El gusto personal de los padres: este factor también debe tenerse en cuenta, pues nos permite armonizar la cuna con el dormitorio infantil y con la decoración del resto de la casa.
Además de los criterios antes mencionados, incluiremos algunos elementos adicionales a la cuna de nuestro bebé, para hacerla más confortable. Este es el caso de las “chichoneras”, elementos de protección para la cabecera de las cunas durante los primeros meses de vida. Se utilizarán protectores de goma-espuma, de telas acolchadas, entre otras opciones. El uso del mosquitero es imprescindible para evitar las picaduras de insectos.



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